07 julio 2010

El Regalo de un buen madrugón

Eran cosa de las 6 de la mañana, cuando mi ya amiga Golondrina común, se posaba en el tendedero y canturreaba su sonora melodía. Sin dudarlo un momento, me tiré de la cama, en estampida.

- Amanecer a las 7 de la mañana.

Un rápido desayuno, y cogiendo los bártulos; arranqué en busca de nuevos encuentros con la fauna silvestre.

El plan del día era, sacar buenas fotos a los milanos. Pero no siempre todo sale como sueñas noche tras noche. Cabreado por los nulos resultados, me dispuse a montar ya el bebedero estival.

Primero era ojear la zona. Tras un rato; por fin, parecía que había elegido una zona óptima para la colocación de mi bebedero. Y de que manera, pues al llegar, sorprendo un ave de tamaño considerable. A primera vista, por el hábitat donde me encontraba, pensé, un gavilán o azor. Se posa en una rama cercana, y con sumo cuidado para no espantarla, identificarla.

Desprovisto de cámara y prismáticos, se me vuela, posándose en una rama donde su visibilidad era óptima. Ostias, ostias, ostias.... perdón, pero la emoción me pudo en el momento. Se trataba amigos, ni más ni menos del señor Cárabo común. Con el mayor sigilo posible salgo de allí, y ya alejado del ave, emprendo una rápida carrera en busca de mi cámara y prismáticos.

- Cárabo común; Strix aluco.

De vuelta, le entro, poco a poco; sin causarle molestia alguna. Le miro y me mira. Parece querer decirme algo. Monto la cámara y comienzo a verle por el visor, en efecto es un Cárabo.


- Cárabo comun; Strix aluco.

Sin duda, ha sido uno de los mejores momentos en el campo. Donde las miradas entre ambos se cruzaron, durante más de una hora. Disfrutando; alternando prismáticos y cámara, para llevarme el recuerdo que jamás será borrado de mi memoria.

Saludos

Gracias por vuestra visita

7 comentarios:

  1. mereció la pena el madrugón. estupendas imágenes

    ResponderEliminar
  2. Una preciosidad de verdad, un saludo fuerte.

    ResponderEliminar
  3. Una historía emocionante que nos ha gustado mucho. Las fotos preciosas, imagino la tensión del momento y sobre todo cuando volviste, seguro pensando en si seguiría allí el cárabo. Al final nunca se sabe que se encontrará uno en el campo.

    A ver ese bebedero que empieza a hacer calorazo y las aves andan ya con muchas ganas de meterse en el agua.

    ¿Recibiste el email, verdad?

    Saludos,

    Jesús

    ResponderEliminar
  4. Felicidades por el avistamiento y por los pedazo fotos que has conseguido.
    Estos momentos, son los que te animan a mantener una aficion que, a veces, te da muy malos ratos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Una preciosidad, qué cara más guapa.
    Las fotos muy buenas.
    Yo he tenido el gusto de oirlos muchas noches estando de camping, pero verlos nunca. Y su sonido ya es un recuerdo que conservo como oro en paño. ;-)

    Saludos David.

    ResponderEliminar
  6. Que bonitas David, me encantan los cárabos.
    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Muy buenas las fotos, entiendo lo del subidón, esos momentos la adrenalina te invade y los minutos pasan como segundos, es una pasada.
    Las fotos preciosas.
    Enhorabuena.
    un saludo.

    ResponderEliminar